domingo, 14 de enero de 2018

Sin más.

Pasado imperfecto.
Errores encadenados.
Perseguido por las consecuencias,
del mal hábito que costó erradicar.

Ahora, con más miedo que nunca,
de perder lo mejor que he encontrado,
ya no me escudo, ni me protejo.
Para qué, ya lo hice una vez
y la armadura, por dentro, me hizo más mal.

Seré inocente hoy, pero no tonto.
Las inseguridades se rifan mis días
y tratan de hacerme caer.
Atacan como preguntas, que ya no son ataques.
Son preguntas, simples,
aunque conlleven repercusión emocional,
en todo aquel que escuche la respuesta.
Sea esta la que sea, no depende de un pasado
que no puedo cambiar.

Por fortuna, hoy no miento,
guste o desencante, mi defensa es la verdad.
A veces me hace parecer un poco lelo,
porque un poco lo soy,
y esa es otra gran verdad.

Si me vas a querer, que sea así.
Si ya lo hacías, súmate a confiar.
No tengo todas las respuestas,
en los test, ni en la vida real.

Y si te digo que te quiero, créetelo,
pues es de verdad.
Tanto como que si te tatúas un tribal,
te tendré que decir qué mal.


(Perdón por el final. Pero es que qué mal).